El Tricolor, en un partido caliente, venció por 2 a 0 a
Juventud Unida por la quinta fecha del Clausura. Los tantos lo convirtieron
Facundo Ferreyra y desde el banco, Maldonado aportó en la red. Darío Eberle,
amonestó a 12 jugadores y sacó una roja.
En los papeles, el cotejo se perfilaba como el partido de la
fecha y los players no decepcionaron. No se vio un fútbol de alto vuelo pero se
jugó con mucha intensidad durante los 90 minutos. Y en ese fuego, el local sacó
a relucir su chapa de multicampeón.
Argüelles, pobló el mediocampo y dejó para los metros
finales a Escola y Blanco, para desequilibrar a la última línea visitante.
Porque en el campo medio, estaba el camino del triunfo. Y así fue que,
Claverie, Vargas, Ferreyra, Cladakis (Niggli) y Magallanes, fueron el motor de un
equipo que recuperó la sonrisa futbolística.
Al parecer, los aficionados de Defensores Unidos, en esta
segunda parte de la temporada, tendrán que acostumbrarse a ver a un equipo más
luchador y sacrificado. En donde, el overol está por encima del frack.
El CAJU inquietó muy poco a Rinaldi. Y todo fue del
Tricolor. De pelota parada, tuvo la más clara el visitante cuando aún el
marcador estaba en tablas y el uno local respondió estirándose junto a un palo
para ahogar el grito de gol visitante.
Promediando la primera mitad, se abrió el score a través de
Ferreyra, que clavó un golazo desde la media luna del área. La globa, se fue
abriendo y la estirada de Veloz fue estéril. Así, el Tricolor, se encontró con
la mínima ventaja en el marcador, que le daba serenidad para manejar los
tiempos del partido.
En el complemento, la visita no piso con certeza la portería
de Rinaldi, que casi fue un mero espectador del encuentro. Donde Magallanes,
por el sector izquierdo, se fue convirtiendo en el conductor de juego y figura
del partido.
Justamente, de sus botas, se inició la jugada que desembocó
en el gol de Maldonado. Dejando a dos rivales en el camino, asistió al recién ingresado
para doblegar la humanidad de Veloz y sentenciar el cotejo.
Anteriormente, Herrera se fue expulsado al derribar a
Blanco, cuando se iba a enfrentar al portero visitante. Donde el hombre de
negro, muy severo, intentó calmar los ánimos
mostrando muchas tarjetas amarillas.
Ánimos, que no se calmaron ni con el pito final, ya que
camino a los vestuarios, los protagonistas se trenzaron en la boca del túnel pero
los incidentes no pasaron a mayores. Dicen, que para saber ganar, hay que
aprender a perder. Los sanbernardinos, dejaron en el camino un largo invicto y algunos
(no todos) no se bancaron la derrota.
De esta manera, el Tricolor, que la semana próxima quedara
libre de acción, se aseguro en soledad, la punta del campeonato. Sólo, Villa Clelia y Porvenir, podrán
alcanzarlo si ganan sus respectivos partidos.
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Fotos: archivo Sangre Tricolor