El Tricolor de la mano de Raúl Vallejos le dio la primera alegría a su gente, después de sufrir goleadas y las últimas posiciones en la tabla. El equipo, liderado por la experiencia de "coli" Astudillo, resguardado por la segurirdad del "paraguayo" Sosa y por la habilidad del "uruguayo" Machado, venció en la final a Social San Clemente y cosechó la primera estrella.
El pitazo final se escuchó y la angustia, mezclada con llantos y risas, se convirtió en un solo grito: ¡Dale Campeón! Palabras sagradas del hincha, dirigente, jugador y cuerpo técnico que hicieron de un triunfo deportivo una fiesta inolvidable.
El 4 de diciembre de 1988 la cancha de Social Santa Teresita recibió una nueva vuelta olímpica. Paradójicamente era su clásico rival quién, por primera vez en su historia, obtenía semejante privilegio. Habían pasado 9 años, 6 meses y 15 días del nacimiento de Defensores Unidos hasta que la primera estrella brillara en su escudo.
La primera final, llevada a cabo en San Clemente, selló la paridad en un tanto por equipo. El “chino” Violante, hábil puntero derecho del Tricolor, había conseguido el tanto y la mitad de la copa para la virgen Institución.
Todos eran conscientes que 90 minutos separaban la gloria o el fracaso, quedar en la historia o e el olvido. Es por eso que, para la segunda final, el técnico les propuso a los jugadores ir el domingo a la Sede de la calle 36 y 10 para almorzar allí con la familia. Vallejos reconoció que el objetivo de esto fue “aislar a los futbolistas del entorno y sacarle presión”. El encuentro decisivo se llevo a cabo el 4 de diciembre en cancha de Social Santa Teresita con una sensación térmica de 36°. Era el infierno mismo.
El técnico Tricolor manifestó antes del partido “si hacían las cosas bien, de manera inteligente, se quedaban con el título”. En tanto, Social San Clemente, estaba conformado con jugadores de experiencia pero físicamente pesadas. Por eso, Vallejos les ordenó que hicieran correr el balón para que ellos se cansaran. La gente acompaño en gran número haciendo imponente el marco detrás del alambrado. Los hinchas de Social San Clemente esperaban retener el título conseguido el año anterior, mientras que los simpatizantes del C.A.D.U. soñaban con dar la primer vuelta olímpica en su corta vida.
La táctica impuesta por Vallejos dio resultado. La etapa inicial finalizó en tablas pero el técnico afirmó “el equipo manejó los primeros 45 minutos y el objetivo de agotarlos físicamente se cumplió”. La historia en el complemento fue totalmente distinta ya que a los 5’ el Tricolor abrió el marcador por medio de Claudio Astudillo. Luego vendrían dos tantos más; Julio Astudillo y nuevamente, el autor del primer gol., para sellar el definitivo 3 a 0 y la consagración de Defensores Unidos como el nuevo campeón de la Liga de La Costa.
Para Alfredo Iriart la “incorporación de Raúl Vallejos como director técnico marcó una nueva etapa”. Pero no sólo por el campeonato conseguido, sino, porque pudo establecer disciplina –ausente en años anteriores- dentro del grupo. El técnico consideró “fue clave el respeto que se consiguió pero el mérito es compartido con el plantel”. También agregó “el cambio no sólo se produjo con mi llegada, sino con el aporte de los jugadores que entendieron el mensaje y la forma de trabajar”.
La familia Tricolor era tan feliz como nunca. Esa locura, esa aventura puesta en marcha el 19 de mayo de 1979 tenía un inmenso motivo para alegrarse. Y fue alegría, llanto, emoción, abrazos perdidos, gritos, risa nerviosa, pasión, sueños hechos realidad; en fin, la primera copa oficial con la inscripción de campeón.
sangretricolor.blogspot.com
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