viernes, 12 de noviembre de 2010

Gol en contra

Se vive rápido y se juega como se vive. Los entrenadores ya no llevan una libreta, usan una calculadora. No se habla del juego, sino de ganar como sea y a todo esto, le sumamos la desorganización de la Liga. El fútbol de La Costa, se muere en la mediocridad.

Se juega mal y con vehemencia, como si se tratara de un nuevo deporte, cruza de rugby y lucha libre. La pelota es tratada como un objeto molesto que debe estar lo más lejos del arco propio, no vaya a ser que se pierda el partido. El Tricolor, logró este año, el primer título bajo la dirección técnica de Argüelles con tres derrotas consumadas ya que en los títulos anteriores, había tenido como máximo una caída en el camino hacia la gloria.

En este Clausura, con los sucesos de violencia fuera y dentro del campo de juego y la “rara” disponibilidad de las fechas de los partidos, el futbol de La Costa llego a su nivel máximo de mediocridad. Uno lee en los Blogger y escucha en la radio a los periodistas hablar de “un torneo más parejo” y que los equipos denominados chicos alcanzan a los grandes. Eso es lo que vende bien.

Lo que más tristeza provoca en el mundo de este deporte, es lo del “emparejamiento”. Es cierto que el torneo es más “parejo” de alguna manera. ¿Porque es parejo? ¿Es más parejo porque Porvenir y Atlético San Clemente lograron superar futbolísticamente a Mar de Ajó, Mar del Tuyú y Santa Teresita? ¿O porque estos bajaron su nivel hasta por debajo que el de Porvenir y Atlético San Clemente? Hoy el CADU no es el CADU de Argüelles de hace unos años. Y eso que repite jugadores en todas sus líneas: Rinaldi, Niggli, Montenegro, Cladakis, Santana y Escola, entre otros.

Entonces los medios hablamos del buen desempeño de equipos que fueron goleados en el certamen anterior y que hoy, están peleando el campeonato ¿Pero los superan por su propio crecimiento? ¿O por la debacle de los “posibles” candidatos? Lo “ideal” por llamarlo de alguna manera es que el fútbol se empareje para arriba. Que tengan solidez institucional, que los domingos jueguen en sus propios campos de juego y que la gente se acerque al alambrado a alentar a su equipo.

La mayoría de las escuadras han estado atadas por una retahíla de entrenadores rácanos en su atrevimiento y temerosos de los resultados, con todo el mundo atrás, aterrorizados por perder y sin que casi nadie diese un paso adelante. De todos, sólo el CADU, ha sido fiel a su juego de principio a fin, y por eso se ha llevado el justo triunfo en el Apertura.

Otro aspecto negativo, concerniente totalmente a la liga, ha sido el de los arbitrajes, que han sido más que malos, lamentables y patéticos. Muy pocos se han salvado, entre ellos Alarcón y el veterano Sosa, que fueron, con mucho, los que mejor desempeñaron la tarea. Del resto, mejor ni hablar: una banda de tipos acorbados, sin redaños para tomar decisiones claras y evidentes.

Terminando el año y a pocas fechas del cierre del Clausura, tenemos que especular, quién puede ser el campeón, porque a un equipo le resta una jornada y a otros, tienen que sumar en sus dos últimos encuentros para poder disponer de la tan sagrada vuelta olímpica, que el Tricolor, cedió sin argumentos, después del Tricampeonato.

En fin, lo único rentable para la Liga, será que el campeón tendrá su bautismo de fuego, ya que Porvenir, Atlético San Clemente y Villa Clelia, nunca han podido pasearse por las calles de su ciudad con las mieles del éxito.

sangretricolor.blogspot.com

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