Hoy, empieza un nuevo camino, con algunas bajas, otros
que se sumaron y algunos retornos. A las 15 horas, en el Polideportivo, se
enfrentará en forma preparatoria a Fomento San Bernardo, para empezar a acomodar los bultos que
fueron quedándose en el camino de los torneos anteriores y así, poder terminar
el año con una alegría.
Cuando la razón es simple
no es fácil hallarle explicaciones y durará un par de semanas, el torrente de
ellas para entender, o no, el subcampeonato en el Apertura y la despedida
temprana de Defensores Unidos en el Regional. Y hablamos de sentido común,
fortaleza mental, liderazgo, pasión por la obra y humildad para no sentirse más
que nadie ni menos que ningún adversario de turno.
Pero está también, todo lo que conlleva el fútbol vaya
donde vaya (y que por eso mismo nunca se irá): la esperanza, la ilusión, la
fantasía de que aparezca "el" equipazo. Pero resulta que siempre
—algo atemporal y universal— como decía Labruna “la única verdad está en el
verde césped” y el conjunto de Argüelles por momentos la encontró y por
momentos la perdió.
Podría decirse, que a los players le falto esa
"maldad" necesaria, una paradoja, para competir y aplastar
literalmente al rival. La maldad buena... esa que en partidos claves te da los
tres puntos y desequilibran un cotejo cerrado y chivo. Pues, en los dos
partidos que cayeron por la mínima diferencia, perdió más que los tres puntos
en juego.
Millones
de veces oímos decir que el fútbol se parece a la vida. A veces dan ganas de
decir que es la vida la que se parece al fútbol. Se parece en su
impredecibilidad, en su maniático y prodigioso azar. La vida es una moneda, con
su cara y su ceca. Y el fútbol ni hablar. En fin, del
"equipo" vimos poco. Eso sí, el verde césped no miente. Por eso,
vamos despacio. A ver si todavía nos dice una verdad que nos parta el alma...
sangretricolor.blogspot.com
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