En un campeonato desdibujado, integrado por equipos mediocres, los hombres de negro no pueden quedar afuera y éstos partidos, son dirigidos por personas vulgares. Donde el protagonismo se lo lleva una sola persona, porque no podemos involucrar a los jueces de línea cuando no tienen y no quieren, tener participación alguna en el desarrollo del juego.
Donde la inopia y la ignorancia favorecen la domesticación de los caracteres mediocres y su burla dentro de un campo de juego, no es una sonrisa sino una mueca constante. Pero no nos quedaremos en este simple relato de “quejas” y “llantos” ante la derrota del domingo, porque las existencias vegetativas no tienen biografía y tampoco desde esta web, se la queremos redactar y en la historia de la sociedad, vive el que dejas rastros y el Tricolor está por encima de diminuta figura.
Quizás, este partido, haya servido para callar las bocas de los que dicen que el CADU juega con la ayuda del árbitro y por ende, gana partidos y campeonatos. Es cierto, el conjunto de Argüelles no jugó nada bien, y nunca encontró la forma de ganar el partido. El gol de Santana, pareció darle tranquilidad pero enseguida el penal que sólo este árbitro puede sancionar, fue convertido por Vázquez para poner en tablas el score.
El trámite del partido, fue desprolijo y como mencionamos en la previa, el balón paseo mucho por el aire. Y así fue, que por la vía de pelota parada, Maurín le daba el triunfo transitorio a la visita.
En el complemento, la salida de Darío Escola y de Juan Vargas, ambos por lesión, disminuyeron el poco volumen de juego que contó el Tricolor en la primera mitad y Rinaldi, tuvo que responder a los cientos de faltas que el encargado de impartir justicia, marcó para el equipo local. Y en un tiro libre, en donde había una clara falta a Sánchez y el árbitro cobró para el CAJU, vino el empate local.
El desconcierto de un equipo experimentado, ante la adversa situación, se llevó la expulsión de Gonzalo Niggli y las amonestaciones de Cladakis, Sánchez, Maurín, Rinaldi, Claverie y Perger.
Pero la tarde tenía un regalito más para que la fiesta sea completa y Pekar, después de un horror defensivo, enfrenta a Rinaldi y pierde el equilibrio cayendo sólo en la puerta del arco cuando ve que la pelota se le va fuera del limite de juego y Cardozo, sanciona el tiro penal, que Vázquez cambia por gol para el resultado final.
En el global, el local se sintió cómodo con el trámite del juego, donde las imprecisiones y el desprolijo fútbol desplegado, incomodó y mucho al Tricolor, que por momentos no hizo pie y se le hizo difícil pasar el campo medio con pelota dominada. A pesar que el CADU tuvo una clara posibilidad de aumentar cuando aún estaba empatado con Gerardo Giménez pero su definición fue errónea ante la salida del portero.
Gente del fútbol, si hacía falta que el Tricolor perdiera algún punto para que el certamen sea más “competitivo” como lo son en Madariaga y Dolores, el hecho está cometido pero es poco serio. Así, es muy difícil seguir…
sangretricolor.blogspot.com
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