lunes, 13 de septiembre de 2010

Vaselinazo

El Tricolor dio una muestra de coraje y se quedo con el triunfo en Madariaga venciendo a Juventud Unida por 2 a 1 con tantos de Sandoval y Claverie. El local cerró el partido con 10 hombres y la visita, se autoregaló un triunfazo con el hasta entonces único invicto y puntero del Regional.

Habrá que creer en las rachas. Debe este equipo que hoy respira, al igual que su DT, que hoy se recupera, que hoy vuelve a vivir, aferrarse a ellas. Hace algunas semanas era vapuleado ante cualquier equipo que se le ponga enfrente y hoy, parece recuperar la matriz de pensamiento y acción. Y se puede decir, que también revirtió la mala racha.
Hacer un buen partido en Madariaga era una cuenta y lo era, también, que el CADU sacara de las entrañas, de una vez por todas, la actitud de un equipo que quiere salir del pozo y ser otra vez protagonista.
Mezquino, si así podemos llamar al esquema que presento el conjunto de Argüelles en el Alcuaz, le dio rédito defensivo y solidez en el campo medio. El 4-4-2 estático en el fondo y un sacrificado Sandoval pegado a Vargas para tapar a Dragojevich en el círculo central, le cortó posibilidad alguna al local de llegar tocando por adentro. Aunque por la banda de Claverie, el “rojo” de Madariaga propició las mejores y todas las jugadas ofensivas.
La primera mitad terminó en cero pero en esos pobres 45 minutos el Tricolor tuvo la más clara en un cabezazo de Sandoval que el uno local respondió con creces. En tanto, el conjunto de Guidi volcó el juego por su banda izquierda pero no profundizó el juego y los puntas recibían bochazos imposibles de recepcionar con peligro en la valla de Rinaldi.
El complemento mostró más de lo mismo hasta la apertura del marcador, después de una guapeada de Lejos, el “correntino” definió de vaselina sobre la humanidad del portero y empezó otro partido. El local tenía la obligación de ir en busca del empate para así no dejar la punta del certamen y lo consiguió después de un desborde por derecha y una serie de rebotes en el área dejó a Doffigny cara al gol.
Y como era de preveer, Juventud Unida se alzó como malón en ofensiva y empezaron a quedar espacios para la contra visitante pero el Tricolor nunca perdió la calma y ordenado siguió esperando la posibilidad de golpear. Y así fue que, una jugada de izquierda a derecha, depositó a Claverie ante el portero y otra vez, de vaselina, infló la red para la locura visitante.
Desesperados, los últimos minutos fue un replay de centros y pelotazos a la olla que la defensa respondió con certeza y encontró a Rinaldi en una buena tarde, cortando centros y respondiendo cuando la bola buscaba destino de red.
El Tricolor mostró la bipolaridad de un equipo que sale a comerse al rival tocando por abajo y bien, como cuando venció a San Vicente el domingo pasado y la precocidad de un conjunto batallador y sacrificado en busca de los tres puntos como ayer. En definitiva, este equipo mostró el fuego de su doble cara y el fuego sagrado en el pecho.
Con el 2 a 1 puesto, queda claro que el CADU sufrió más de la cuenta. Un temblor se convierte en terremoto y, de a ratos, da la sensación de quedar absolutamente en ruinas. Pero este equipo mostró carácter y personalidad a pesar de los cambios que sufrió a lo largo del certamen. Hace dos meses, en este mismo estadio, el Tricolor caía por 4 a 1 ante El Léon y ayer, se fue victorioso. De aquella derrota, solo quedaron en cancha Rinaldi, Maurín, Niggli, Vargas y Claverie. Así, el CADU volvió a ser el feo con el que nadie quiere bailar...
El triunfo en Madariaga le dejará al Tricolor no sólo tres puntos y una nueva semana de paz, sino también un precedente fundamental para el futuro: que en la necesidad, en la urgencia que tenía el equipo de no perder de nuevo, no importa el 4-4-2, ni la belleza sino que hay que tener fuego en el pecho.

sangretricolor.blogspot.com

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