El Tricolor fue generoso con su rival y todavía no cesa la calentura por los dos puntos perdidos ante San Vicente, a pesar de haber jugado en Madariaga. Después de un primer tiempo de alto vuelo, el conjunto de Argüelles entro dormido en la segunda mitad y dos distracciones le quitaron la posibilidad de jugar la revancha con el resultado a favor.
Los dos venían de ganar y querían seguir en ese camino. Defensores Unidos salió de movida a poner el juego fuera de su área. Y el Tricolor, en campo visitante, fue al frente y tuvo su premio. Más que llamativa fue la propuesta del técnico Apesteguía, que paró un 4-4-2 con características defensivas ante su gente y sufrió la falta de potencia ofensiva. Alday, con pelota dominada y con espacio, cedió un pase gol al movedizo Santana que de zurda cruzó el balón y dejo estéril al portero Molina.
Hasta ahí, era justificado la diferencia en el tanteador, ya que el Tricolor era el que asociaba el balón y buscaba a “chingolo” para la creatividad ofensiva. El local, por su parte, buscó desde el minuto inicial, jugar con el error defensivo con los bochazos que llovían desde el campo contrario.
En uno de esos pelotazos, donde la pelota volaba por el aire, un fuerte choque entre Gómez y Peluzo asustó al mundo fútbol. Donde la peor parte se la llevó el capitán, con un corte profundo en su frente, dónde tuvo que desempeñarse con un vendaje el resto del cotejo. En tanto, Gómez, sufrió un corte en el parietal derecho, que fue saturado con un adhesivo y completó los 90 minutos de juego.
Y en esa búsqueda del gol, el CADU convirtió el segundo tanto por un error defensivo del arquero Molina, que saco mal desde el arco y la globa le quedo a Santana que toco rápidamente a Alday que con el arco libre empujo el balón al fondo de la red. Con el marcador a favor y con lo desempeñado en el verde campo, parecía que los dirigidos por Argüelles podían sacar una ventaja aún mayor en el marcador pero en la segunda mitad Defensores Unidos mostró la otra cara de este conjunto.
En el complemento, la primera jugada de gol la tuvo Alday pero su indecisión ensucio la oportunidad de aumentar y en la jugada siguiente, después de un corner y tras un desconcierto en la defensa visitante, el local llego al descuento por intermedio de Rivero. Con el envión anímico del gol, San Vicente empujo hacia su portería al Tricolor, que en cada pelota parada a favor, ponía a todos los “grandotes” en el área de Rinaldi en busca de la igualdad.
En tanto, el CADU siguió errando situaciones de gol, el ingresado Vargas, sin decisión, perdió el balón ante la salida apresurada de Molina. Minutos más tarde, Alday busco a Santana cuando enfrentó al portero local y Bonomi ahogó el grito de gol. Y en ese ínterin, tras la expulsión de Jara en el local, Montenegro, sin el portero en el arco, envió el balón sobre el horizontal.
Parecía que la visita podía liquidar la serie o asegurarse una ventaja para el partido revancha pero un yerro de Gómez habilitó al punta local, Videla, que definió fuerte junto al palo más lejano de Rinaldi y el tanteador quedo en tablas. Mucho, por lo que ofreció el local y poco, para el Tricolor, que hizo un buen partido pero peco de inocencia a la hora de definir y mostró falencias a la hora de defender la ventaja transitoria.
Los que conocen bien a Argüelles no dudan: la igualdad final sacudió al entrenador, que sabía que la parada era más que complicada y no logró digerir que se les escapara el triunfo por un nefasto error defensivo. Igual, el clima interno no es malo. Los que completaron la delegación, se manifestaron conformes por el resultado a pesar de sufrir el inesperado empate por lo desempeñado en los 90 minutos.
En conclusión, San Vicente, festejo el empate como una victoria “moral” y Defensores Unidos, digirió el empate masticando bronca.
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