lunes, 23 de agosto de 2010

El Arte de (no) Ganar


EL tricolor volvió a sufrir otra derrota y parece que se está acostumbrando a perder. Cinco de los seis goles fueron de pelota parada. Niggli y Maurín fueron expulsados por Martínez, de confuso arbitraje.

No me vengan con brujas, espíritus malos y supersticiones pero que en el fútbol existen las rachas, existen. Y el Tricolor está de malas. Empezó el certamen equivocándose en los papeles y la siguió en el campo de juego. Duro golpe en la presentación ante El León y nock out ante Atlético Villa Gesell. Pareció tomar aire ante Los del Clan pero el Núcleo se encargó de acomodarlo, nuevamente a la larga estadía de las penas.
Así, a los tumbos anda el conjunto de Argüelles, que ayer mereció más pero la realidad nos dice que el 4 a 2 fue contundente. Como la mala tarde de algunos players que parece pesarles la responsabilidad de jugar un Regional y en los momentos críticos no pueden relucir lo mejor de su repertorio.
Es cierto, el pito colorado colaboró y mucho en este último hundimiento del CADU y en el resurgimiento del “canario” de Villa Gesell, que se mostró débil en defensa y rápido y efectivo en ataque. En la primera etapa, antes del cuarto de hora, Martínez sancionó un penal que sólo él vio y que sorprendió hasta los mismos jugadores visitantes y que Blanco cambió por gol.
El árbitro, “enojado” con el conjunto local por la demora del cotejo, se descargó dentro del verde césped y pareció pasarle factura. El CADU termino con más de medio equipo amonestado y con dos expulsiones. ¿Atlético? Sólo dos hombres fueron dignos de un cartón amarillo. Pero está claro que el tanto del “nego” Díaz no fue el “chapulín” Martínez el que le pegó al balón con rosca para que picara suave antes de la intervención de Rinaldi y supere la humanidad del uno.
Parecía tempranamente, partido liquidado por el presente Tricolor pero apareció Cladakis y Braganza y ambos de pelota parada, la mandaron al fondo de las mallas, 2 a 2 y después de 35 minutos de juego, todo estaba como al comienzo. Y antes del pitado final, la visita conectó la mejor jugada del partido y facturó para irse al descanso con la ventaja mínima.
Y en el complemento, el partido se desvirtuó, por el pésimo arbitraje de Martínez, que expulsó a Niggli a los 10 minutos y de ese inventado tiro libre, Blanco volvió a vulnerar a un Rinaldi escaso de recursos. Minutos después, el que acompañó al “capitán” a los vestuarios fue Maurín y el CADU con 9 hombres fue un digno rival de un Atlético que durmió el partido y que a su vez, no supo aprovechar los espacios para formular el contrataque.
Braganza, que “sintió” enfrentar a su ex equipo y a pesar de su intermitencia, tuvo las situaciones más claras de convertir: en la primera pifió ante la presencia del uno visitante, en la segunda que tuvo, el portero achicó bien el arco y echó el balón al córner y en el complemento, un cabezazo limpio dentro del aérea chica pegó en el horizontal.
Así está el CADU, de racha. Y ésta racha está acompañada por malos funcionamientos individuales que hacen alegoría del bajón futbolístico del último campeón.

sangretricolor.blogspot.com

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